ABaC, la magia de la cocina a la mesa...
¡Felicidades a ABaC por lograr su TERCERA ESTRELLA MICHELÍN en este 2018!
Pero para nosotros, ABaC supuso nuestro debut en un 2 Estrellas Michelín, un salto gastronómico brutal que mereció la pena desde el minuto 1: desde la reserva de la mesa con 6 meses de antelación, hasta el momento de marcharnos del parking del hotel después de una degustación de más de 3 horas.
El restaurante de Jordi Cruz, de mediática actualidad más por las declaraciones del Chef en relación a sus trabajadores que estrictamente por su cocina, se encuentra ubicado en las instalaciones de un Hotel de 5 estrellas en una de las zonas más lujosas y caras de Barcelona. Con un diseño moderno y minimalista, el Hotel recibe a los clientes del restaurante facilitando su parking interior de manera gratuita, y enviando a un responsable del restaurante al subterráneo para acompañar a los comensales en el ascensor que lleva directo a la recepción de ABaC, y confirmar la reserva durante el recorrido.
ABaC me pareció, a diferencia de otros restaurantes Michelín, más grande de lo esperado: dispone de un comedor con doble espacio y una terraza con bastantes más mesas de lo previsto. Simple anécdota, este hecho no interfiere para nada ni en la comodidad ni en la intimidad del espacio de cada mesa, pero resulta curiosa la cantidad de gente a la que Jordi Cruz puede dar de comer en un mismo servicio.
La atención del personal de sala es impecable, fina y adecuada para lo que esperas al llegar a un lugar como ABaC. Durante toda la comida, esta actitud se mantuvo y, para mi gusto, estuvo a la altura de lo esperado. Una vez te acompañan y acomodan en la mesa, debes estar preparado para lo que se avecina: la cocina de uno de los restaurantes situado en el TOP 3 de Barcelona, pura magia (y descubriréis porqué) que sale de la cocina de Jordi Cruz y que el personal de sala se encarga de realizar en la mesa con trucos de los más sorprendentes ¡Por este motivo, definiría la cocina de ABaC como magia en directo!
De igual manera, deberéis estar preparados para estar unas 3 horas de media sentados y 'concentrados' en lo que va pasando con cada plato. Realmente la duración del menú largo, Menú Gran ABaC, puede resultar excesiva, pero creo que es una experiencia gastronómica de lo más 'impactante' y que vale la pena probar. En relación a sus menús degustación, disponéis de 2: Menú ABaC - Nuestra Tradición, el más corto con 12 degustaciones y un precio de 140€ por comensal; y el Menú Gran ABaC - Nuestra Vanguardia en secuencia, el más largo con 19 degustaciones y un precio de 170€ por persona.
Nosotros nos decantamos por la segunda opción ¡Un día es un día!, y quién sabe cuándo podremos volver a ABaC, si es que mereciese la pena repetir. Os dejamos con el Menú...
MENÚ GRAN ABAC
Bloody Beer y Mejillones de Roca
Da comienzo el espectáculo del Gran ABaC con este primer truco de magia, sirviendo el clásico cocktail Bloody Mary pero con aspecto de cerveza; resulta un aperitivo de lo más idóneo y refrescante para abrir boca, con un sabor inconfundible a ambas bebidas, por alocado que parezca. Acompaña, también, al primer plato del menú, los Mejillones de roca, que se sirven con una emulsión de escabeche ligero, y matices cítricos
y iodados. Buenísimos.
Fajita de Foie, y Médula y costilla de atún
El primer plato, fue la alternativa que se le dió a C al preferir no comer el ostrón con el que se sirve el segundo; más simple pero presentado a la perfección y con el sabor único del foie que lo hace caballo ganador. El mío, el segundo, complicado plato que empieza a evidenciar el gran nivel de toda la cocina; lo presentan como la brocheta que se ve en la foto, encima de una vértebra que, a su vez, contiene el jugo de la médula. Lo sirven con ostrón, limón y pipas. Sabor muy contundente, de los que te tiene que gustar mucho, o venir a comer en modo 'open mind'. A nosotros, personalmente, nos encantó.
Tomates de colgar desecados, sardina y pan a la brasa
Guiño del equipo de Jordi Cruz a la cocina catalana sirviendo nuestro clásico pa amb tomàquet, pero al estilo chef gourmet: el personal de sala presenta este típico mortero amarillo y realizan en directo el jugo de los tomates que previamente te presentan desecados, para acompañar una sardina asada con ajo confitado y un pedazo de pan a la brasa. Plato de lo más sencillo, pero diseñado para ello precisamente, y para ser un entrante fácil y llamativo. Bastante rico.
Como curiosidad, se sirve en este plato de la vajilla con forma de servilleta arrugada, recién salida de la lavadora y extendida a tender con sus pinzas. Mientras degustábamos este plato, el personal de sala preparaba una próxima sorpresa, con el infusionador transparente que se ve en la foto, donde unas gambas deliciosas empezaban su lenta cocción, para el siguiente plato.
Bullabesa de gamba infusionada
Y para servir este magnífico plato era ese jugo que se estaba preparando tan lentamente durante el plato anterior. El caldo resultante de infusionar las gambas a fuego lento se servía después con el cuerpo ya limpio a modo de bullabesa, con un sabor brutal, muy intenso. A parte, se servían las cabezas que se ven en la foto siguiente, un manjar para, aún siendo un restaurante de alto copete, mancharte los dedos por un segundo y dejar de lado el cuchillo y el tenedor. Exquisito.
Pan chino con anguila asada
Plato exótico del menú. Genialmente presentado en este recipiente de madera que el personal de sala descubre ante ti al servirlo, resulta ser una suerte de 'mollete' de anguila asada que se sirve en un brioche frito y con wasabi fresco rallado en directo si es que te atreves con ello. Para C, uno de los mejores platos del menú. Realmente sabroso, con las peculiaridades de probar la anguila, que una vez en boca, casi se podría decir que sabe 'diferente'. Probadlo.
Para acompañar este plato oriental, el equipo de ABaC sirve Sake durante el maridaje de vinos.
Jugo de Cebollas asadas
¿Una sopa de cebolla en un 2 estrellas Michelín? ¡Sí, por favor! Hubiese repetido este plato una y mil veces. Estaba buenísimo. El jugo de cebollas asadas viene servido con esferas de queso Scamorza ahumado, nueces y pieles de naranja. Todo ello en este recipiente - cebolla que le da el toque original y curioso al plato.
Arroz negro de Calamar y Chipirones
Pedazo de arroz negro el que vino a continuación. Degustación de 2-3 cucharadas de un sabrosísimo arroz marinero, que se basaba a partes iguales debajo de la reducción de tinta de calamar en arroz y calamar cortado finito y a rodajas. Sigue la magia del menú, 'trampeando' con los ingredientes de cada plato y jugando a engañar al comensal. Muy rico.
Piñones a la carbonara
Nuevo juego de sabores e ideas con este falso risotto de piñones a la carbonara, donde estos substituyen al arroz, y que se sirven con clara de parmesano, crestas de gallo y mantequilla de trufa blanca. Exquisitos de sabor, y otra vez con la sensación de que querrías repetir constantemente, mojando pan en cada cucharada.
Rodaballo asado
Primer plato de pescado del Gran ABaC. Presentado tan bien, que daba pena durante unos segundos hasta a hincarle la cuchara. Buenísima cocción del pescado, muy gustoso y mejorando cuando mezclabas los diferentes sabores desde el exterior del plato hacia el interior. Es una pequeñita obra de arte, que la sirven con sus pieles glaseadas y el jugo de sus espinas ahumado con berberechos, berenjenas y cebollitas encurtidas. Gran nivel.
Guiso de atún a modo de ternera
Y así definen el segundo plato de pescado del menú: un atún que quiere ser ternera. Lo sirven con una parmentier de patata, con panceta de almadraba y unos toques picantes y cítricos. Es un plato curiosísimo: sabes que estás comiendo atún, pero un atún que juega engañarte y a ratos sabe a ternera. Original y rico.
Carnes de cordero lechal
Y llegó el plato de carne: en este menú, el cordero. Aunque la carne estaba realmente tierna y muy muy buena, en estén punto del menú llegó quizás la decepción de la jornada. Realmente pudo ser por nuestra inexperiencia culinaria, pero nos pareció que el jugo que acompañaba al cordero era realmente similar al de los platos anteriores. Con lo cual, era la sensación de repetir platos y sabores, en lugar de disfrutar de algo nuevo en cada pase. Una (pequeña) lástima. El plato está rico, y las carnes se sirven asadas, curadas y desecadas con compota de ajos, brotes de pino y ese jugo caramelizado.
Burbujas de tónica y helado de mango
Pre-postre del menú, dejamos la brutal degustación de platos fuertes del Gran ABaC y nos preparamos para los postres. Este sorbete de mango dulce se sirve para ello en contraste con esferas de tónica y bayas de enebro, recreando un genial y diferente gin-tonic.
Mientras lo comes, algo nuevo se vuelve a gestar en directo en tu mesa, en un nuevo infusionador. Una pista: son madera y cortezas diversas, a las que en breve se les añadirá el clásico del chocolate por excelencia.
Coulant de chocolate
Primer maravilloso postre del menú. Sigue la cocina en directo en la mesa, y de qué manera. ¿Es realmente magia en directo, o no? Mientras madera y cortezas se infusionaban junto a especias, resina y melazas, se le añade a ese recipiente dos coulants de chocolate, que se irán cocinando con esa mezcla de sabores y olores a madera, resina y vainilla.
Mientras tanto, el equipo de sala regresa a la mesa con la varita mágica y, usando nitrógeno, recogen el jugo resultante de la infusión y realizan en directo un helado buenísimo que acompañará en el plato a nuestros coulants. Una verdadera maravilla, y este es su resultado final:
Tarta fina de frutos rojos y dulces en calabaza
Final de nuestra experiencia en ABaC con un segundo postre, la tarta fina de frutos rojos
fosilizados con chantillí de mantequilla a la vainilla, caramelo, naranjas y rosas, en las que C aprovechó para plantarme la vela por mi cumpleaños, como podeis ver en la foto. Buenísima de sabor y textura fina para acabar de la mejor manera.
El resto de dulces son los petit fours que ABaC presenta con los cafés. Se sirven en una espectacular estructura que simula la planta de la calabaza, una estructura que al llegar al restaurante noes esperaba en la mesa, y que no sabíamos que función tendría, hasta que el personal de sala la devuelve a la mesa con esos magníficos dulces encima. Cerrando el circulo con las mejores sensaciones.
Tenéis la opción de realizar el correspondiente maridaje de vinos para acompañar este menú Gran ABaC por 85€ de precio. Yo lo hice y mereció mucho la pena. Impresionantes vinos los que sirven para adecuarse a cada plato.
Aunque nuestra visita fuese en octubre del año 2016, y el menú a día de hoy es otro, os dejamos en nuestro blog como fue la experiencia tan increíble de comer en uno de los mejores restaurantes de Barcelona, y del país, sin duda alguna. Habréis podido ver que las 3 horas en ABaC deparan algo más que gastronomía: es espectáculo y es creatividad, lo que sin duda ha sido la causa de ganar esa 3a estrella de la Guía Michelín, y que lo encumbra a los TOP del mundo, yo creo, de manera totalmente merecida.
C&N
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